MENSAJE DE MANUEL RODRÍGUEZ BONILLA
MENSAJE ANTE LA PARTIDA DE YASMÍN
Mensaje leído por Manuelo después de sus palabras de gracias en la misa del novenario, el jueves 3 de junio.
Todos estamos consternados y adoloridos por el vil asesinato de mi adorada esposa Yasmín. Lo que hemos pasado en estos últimos días es un sufrimiento terrible de dolor tras dolor. El pasado 25 de mayo, manos surgidas de la barbarie y el salvajismo segaron de manera cobarde la vida de mi compañera, una mujer noble y extraordinaria, entregada por completo a sus padres, hermanos, amigos y a mí como esposo, a nuestros amados hijos David Emmanuel de 4 años y 8 meses de edad y Gabriela María, de sólo 8 meses de nacida, en cuya presencia fuera cometido el horrendo crimen.
Los que nos trataron como pareja, incluyendo los familiares de Yasmín, los míos, nuestros amigos, vecinos donde llegamos a vivir (en Esperanza y en Mao), las organizaciones sociales a las que pertenecemos, entre otros, conocen del profundo amor que nos profesamos. A estos no van dirigidas las siguientes informaciones, porque no las necesitan.
El pasado martes 25 de mayo, como todos los días de labores, salí a llevar a nuestro hijo David Emmanuel a la escuelita maternal. Ya montados en el vehículo, Yasmín nos despide y me hace un encargo al supermercado. Después de entregar a David Emmanuel al Colegio, procedí a realizar algunas diligencias programadas, tales como pasar por el supermercado a comprar el encargo de Yasmín, la visita a entregar un regalo a una tía en el Barrio Bonilla, el banco, una ferretería, la tienda de mi hermana, la casa de un pintor y, finalmente, la casa de mi cuñada Rosalía, mejor conocida como Nín, a entregar unas ropitas para su niño recién nacido, que le enviara Yasmín conmigo. Todas estas visitas y diligencias han sido confirmadas por las autoridades correspondientes.
Al salir de la casa de mi cuñada, quien vive próximo a la estación de los bomberos, a unos cinco o siete minutos de mi casa, me dirijo a nuestro hogar en el sector Caroll Giselle. Al llegar y penetrar a la misma por la puerta frontal, después de abrir el candado de la puerta de rejas de la marquesina que penetra a la galería, con las dos fundas del supermercado en mis manos, abro la puerta que da a la sala; alcanzo a ver gotas rojas en el piso y en el borde de la mesa del comedor, que en el momento no alcancé a comprender qué eran. Al tiempo de poner las fundas en la mesa y llamar a Yasmín, observo que las puertas de hierro y de metal de la cocina que dan al patio, están totalmente abiertas, y es cuando miro hacia la habitación y alcanzo a ver a Yasmín tendida en el piso; camino hasta la puerta de la habitación y la veo boca abajo, al lado de la cama, sobre un charco de sangre, por lo que, impactado por lo que veo, me devuelvo hacia la galería voceando y llamando a los vecinos; mi vecina inmediata llega rápidamente, penetrando conmigo a la habitación; ella tomó a la niña, que tenía la carita embarrada de sangre, mientras yo me acercaba al cuerpo de Yasmín, intentando levantarla para ver si se movía, pero sentí su cuerpo pesado e inmóvil, empapado de sangre. Siguen llegando otros vecinos, a quienes pido llamar a la policía, a mi cuñada Nin, a mi hermana Judith, entre otras personas. Transcurrido un tiempo, comenzaron a llegar las autoridades pero ya la casa estaba llena de gente. Luego fui llevado al destacamento de la policía para los interrogatorios y las investigaciones de lugar. Antes de salir de la fiscalía, les insistí a ellos y a la policía que la muerte de mi querida Yasmín no quedara impune; que se investigue a fondo para dar con el o los culpables. Sé que las autoridades están haciendo el mejor de los esfuerzos y que han interrogado a varias personas y pido al Todopoderoso que los malvados materiales e intelectuales, si los hubiere, sean descubiertos y que las leyes humanas y divinas les sean aplicadas con todo su rigor.
Quiero elevar mi voz a lo más alto y pedir a los organismos investigativos de la Justicia y de la Policía Nacional que se averigüe todo cuanto sea necesario, y que se utilicen todos los medios legales y tecnológicos a su alcance hasta dar con el o los asesinos de nuestra querida Yasmín. A toda la sociedad, que quien pueda tener una pista o información, por insignificante que parezca, la aporte a las autoridades cuanto antes. Que esta barbarie no quede impune.
¡Dios mío, en Ti confío! Sé que Tú nos darás tu cooperación. Que les darás luz suficiente a las autoridades judiciales y policiales para que localicen a sus autores y la justicia resplandezca.
A las tantas instituciones y personas que nos han llamado o se nos han acercado uniéndose al inmenso dolor que nos embarga a todos por nuestra inolvidable YASMÍN, tanto a mí como a su madre Miladys, su padre Valdez, su hermana Nín, sus hermanos y demás familiares, así como a mi madre y a mis hermanos, muchas gracias, gracias del alma por todo su importante apoyo que seguimos necesitando.
Yasmín, mi amor… Todos los días y por siempre estarás con nosotros. Al lado de Dios, nuestro Señor, descansa en Paz….
Manuel Rodríguez Bonilla
3 de junio del 2010
Mao,Valverde
COMO JUZGUES, SERA JUZGADO
Por Fernando Rodrίguez Céspedes
Nadie, absolutamente nadie está exento, en esta sociedad desbordada por la criminalidad, de ser investigado o interrogado ante la ocurrencia de un crimen en cuyo escenario o próximo a él se encuentre circunstancialmente, o por familiaridad, amistad o vecindad con la vίctima.
Esta es una realidad incontrovertible que puede alcanzar a cualquier ciudadano honorable hoy, mañana o cualquier día sin importar posición social, polίtica, económica, profesional, o religiosa.
Quien que se encuentre en esas circunstancias, y más si el dolor lo embarga por la pérdida de un ser amado, lo menos que puede aspirar, sobre todo, si es una persona de bien, es a que se le respete su dolor y que las investigaciones procedentes, se efectúen sin prejuicios, como manda la ley, para ser justo y evitar suspicacias y morbo en una parte de la población.
Las suspicacias y las dudas son normales, en una sociedad con grandes deficiencias y pocos recursos para combatir el crimen, pero no es correcto, profesional ni moral, que personas con acceso a medios de comunicación se den a la innoble tarea de condenar a priori a un investigado.
Esto, además del dolor que infringen a la persona blanco de sus ataques despiadados, incrementa las dudas en un sector de la población proclive a las malsanas influencias de quienes se nutren de la maledicencia y el sensacionalismo periodístico digital y de cables, porque en los medios escritos estas aberraciones no pasan.
Pero más allá del dolor y el daño que ocasionan a su culpable del momento, contribuyen a la ruptura de relaciones familiares indisponiendo a los parientes de la vίctima con el investigado creando situaciones de alto riesgo personal para el mismo.
Cuando al final, Dios ilumine a quienes investigan el horrendo crimen perpetrado contra la noble dama Yasmίn Valdez, y el autor caiga en manos de la justicia y se esclarezca todo, qué dirán los que hoy se han constituido en clan de maledicencia y odio contra un profesional que ha vivido para servir desinteresadamente a su pueblo y región?
Esperemos confiados en Dios y en nuestras autoridades policiales y judiciales a que todo se aclare para que reine la justicia y Manuel Rodríguez Bonilla pueda recobrar la paz con que siempre ha vivido y dedicarse a la crianza y educación de las dos criaturas frutos del inmenso amor que siempre le prodigó a su finada amada.
A quienes con sus fábulas, manejo inescrupuloso e insensato de las informaciones, entes de división de dos familias unidas por el amor y dos criaturas inocentes, sólo me resta desearles que Dios los libre a ellos y a los suyos, de ser vίctimas de circunstancias similares.
Santo Domingo,D.N.
8 de junio del 2010.-
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